LA BITÁCORA DE SHODAI: El TAO DEL SENNIN DE MAMBA-RYU Volumen 4 “Los Dragones Guardianes”

Los dragones guardianes de nuestra sociedad

“Es durante las grandes crisis cuando los hombres demuestran su verdadero metal. Muchos, demasiados, ante las primeras amenazas de tormenta se desentienden del mundo y se escabullen como viles alimañas a la oscuridad de sus madrigueras y escondrijos. Otros, los legionarios del cambio, esperan atentos al llamado de generales y profetas que los guíen e inspiren en la misión redentora. Y aún otros, enfrentados con la tempestad que amenaza nuestra destrucción, impulsados por el fuego de una gran pasión por la rectitud y el amor al prójimo, extienden sus alas contra el vendaval y se comprometen, hasta con su último aliento, a nuestra protección. Éstos han sido, y siempre serán, los dragones guardianes de nuestra sociedad.”



Shodai J. Alejandro Overton-Guerra

viernes, 21 de septiembre de 2012

ANOTACIONES PARA EL 3 DE SEPTIEMBRE, 2012


ANOTACIONES PARA EL 3 DE SEPTIEMBRE, 2012

1. “Al pan, pan y al vino, vino”: Bienvenidos al Boletín de Análisis Hispanista.

Boletín y grupo para personas y organizaciones interesadas en el análisis y comentario de la actualidad social, política, económica, y cultural del mundo Hispánico.

INTRODUCCIÓN:

Justificación de los términos “hispano”, “hispanista”, e “hispánico”

La palabra “hispanista” se define como la persona “especializada” o “versada” en el “estudio de la lengua, literatura o cultura hispánicas.” La suposición, ampliamente aceptada y establecida en la actualidad académica, es que tal agrupación cultural exista y que, resentimientos regionalistas aparte, no hay duda que existe, por motivos lingüísticos, geográficos, religiosos, e históricos, un patrón de similitudes y afinidades culturales que nos vinculan a todos nosotros y que justifiquen una denominación común.

¿A que se refieren los eruditos y académicos por culturas “hispánicas”?  Nos referimos a aquellas culturas que tienen al castellano o al portugués como primer o segundo idioma, y que comparten, históricamente, culturalmente, una raíz común con las culturas habitantes de la Península Ibérica.  Esta definición es suficientemente inclusiva para abarcar, no solamente a las culturas presentes actualmente  en la Península Ibérica, y no sólo aquellas que ocupan la denominada “Hispanoamérica”, “Iberoamérica”, o “Latinoamérica” (este último término siendo el menos correcto de los tres pero el más difundido), sino también las comunidades de habla castellana y portuguesa presentes en los EE.UU. y el Canadá. Todas las culturas de la Península Ibérica y sus descendientes en todo el continente americano – Norte, Centro, y Sur – quedan incluidos.

La primera pregunta que viene a la mente podría ser la siguiente: Tratándose de más de 450 millones de personas que abarcan una diversidad étnica tan grande, y que se encuentran extendidos a lo largo y ancho de un territorio tan vasto, ¿realmente puede decirse que se trata de una sola, aunque acaparadora, identidad cultural?  Comencemos por una comprensión de la palabra “cultura”[1]:

¿Cultura? ¿Y qué es la cultura? Hagamos algo de filosofía. Según CARLA (Center for Advanced Research on Language Adquisition – el Centro de Investigación para la Adquisición de Lenguaje) de la Universidad de Minnesota, la palabra cultura se define como:
“… los patrones comunes de comportamiento y de interacciones cognitivas, los esquemas, y la comprensión afectiva que se aprenden a través de un proceso de socialización. Estos patrones compartidos identifican a los miembros de un grupo cultural al mismo tiempo que le sirven como distinción entre los de otro grupo.”[2]

La misma página web, dedicada a un proyecto de estudios multiculturales, ofrece otras definiciones complementarias e igualmente explicativas que servirán para ilustrar unos puntos muy importantes que desarrollaremos a continuación:

1.       "La mayoría de los científicos sociales de hoy consideran la cultura como consistiendo sobre todo de los aspectos simbólicos, ideacionales, e intangibles de las sociedades humanas. La esencia de una cultura no está en sus artefactos, herramientas u otros elementos culturales tangibles sino en cómo los miembros del grupo interpreta su uso y las perciben. [La cultura] Son los valores, los símbolos, las interpretaciones y las perspectivas que distinguen a un pueblo de otro en las sociedades modernizadas; no son los objetos materiales y otros aspectos concretos de las sociedades humanas. Las personas dentro de una misma cultura general, interpretan el significado de los símbolos, de los artefactos, y de los comportamientos de la misma o de formas similares".[3]

2.       "La cultura: los patrones o modelos humanos para la vida aprendidos y compartidos; patrones de vida del día a día. Estos patrones y modelos impregnan todos los aspectos de la interacción social humana. La cultura es el principal mecanismo de adaptación de la humanidad." [4]

3.       "La cultura es la programación colectiva de la mente que distingue a los miembros de una categoría de personas de otra."[5]

4.       "Por cultura entendemos todos aquellos diseños creados históricamente para vivir, explícitos e implícitos, racionales, irracionales y no racionales, que existen en un momento determinado como guías potenciales del comportamiento de los hombres."[6]

5.       La cultura consiste en patrones, explícitos e implícitos, de y para un comportamiento adquirido y transmitido por medio de símbolos, que constituyen los logros distintivos de los grupos humanos, incluyendo sus formas de construcción de artefactos; el núcleo esencial de la cultura consiste en ideas tradicionales (es decir históricamente derivadas y seleccionadas) y especialmente en sus valores adjuntos; la cultura puede, por un lado, ser considerada como el producto de acción, y por el otro como elementos condicionantes de acciones futuras. "[7]

6.       "La cultura es el conocimiento compartido y los esquemas creados por un conjunto de personas para percibir, interpretar, expresar y responder a las realidades sociales en torno a ellas."[8]

7.       "Una cultura es una configuración de conductas aprendidas y los resultados de la conducta cuyos componentes son compartidos y transmitidos por los miembros de una sociedad en particular.”[9]

8.       "La cultura...consiste en los patrones de comportamiento y relación con los productos de la acción humana que pueden ser heredados, es decir, transmitidos de generación en generación, independientemente de los genes biológicos."[10]

9.       "La cultura ha sido definida de varias maneras, pero la mayoría se reducen simplemente al comportamiento aprendido y compartido de una comunidad de seres humanos interactuando."[11]

Como vemos, la palabra ‘cultura’ esencialmente consiste en un conjunto de patrones de pensamientos,  sentimiento, (o emociones), conductas (o hábitos), y formas de comunicación adquiridos, compartidos, y transmitidos dentro de un grupo y según los cuales los miembros conviven y de acuerdo a los cuales se identifican entre sí y se distinguen de los demás grupos. Patrones de pensamientos, sentimientos o emociones, conductas o hábitos, y formas de comunicación – todos aprendidos, asimilados, programados, con suma frecuencia sin analizar, sin pensar, sin discurrir – patrones algunos no racionales, y otros netamente irracionales, como por ejemplos aquellos patrones alimenticios que llevan a la obesidad, o los sexuales que conllevan la transmisión de la SIDA. La cultura, en mayor o en menor parte, dictamina el qué hacemos y cómo lo hacemos, lo cual refleja directamente en lo que somos.

Según la observación empírica y las definiciones aportadas por las ciencias sociales (ej., la sociología, la psicología, la antropología, las ciencias políticas, las ciencias cognitivas, etc.) todo y cualquier conjunto de individuos relacionados y característicos poseen una cultura. Es decir, una pandilla criminal tiene una cultura; un equipo de futbol tiene su propia cultura; un grupo de prostitutas también tiene la suya; una cárcel o institución correccional también muestra lo que venimos a conocer como cultura; los esclavos en las plantaciones del sur de los Estados Unidos antes de la emancipación también poseían una cultura. De ahí que el famoso proverbio, “dime con quién andas y te diré quién eres”, tenga resonancia en todas las culturas del mundo y en las ciencias sociales también: representa un aspecto clave de la denominada “naturaleza humana”. ¿Existe la “naturaleza humana”? El efecto programador, inculcador, cultivador, del grupo sobre la forma de pensar, sentir, y actuar de cada miembro es tan reconocido a nivel popular como lo es a nivel científico. La psicología social, por ejemplo, se dedica a estudiar cómo el individuo se deja influenciar mentalmente por un contexto grupal.


La mayoría de los antropólogos, etnólogos, sociólogos, y científicos políticos, o sea, todos que estudian la cultura humana, concuerdan en que el idioma compartido es uno de los factores que más determinan la transmisión cultural y por lo tanto que fomentan la identidad cultural.

El idioma no es el único factor que sirve para fomentar la cohesión cultural. Es preciso considerar, aunque sea brevemente de momento, la estrecha relación entre la cultura y la religión para comenzar a apreciar los profundos, aunque no siempre evidentes, vínculos culturales entre los miembros de la Hispanidad:

La relación entre esas dos manifestaciones de la condición humana [cultura y religión] es tan estrecha que en muchos casos los eruditos afirman que, a pesar de saber que son conceptos diferentes, resulta prácticamente imposible especificar dentro de una dada sociedad exactamente donde termina la religión y donde continúa el ‘resto’ de la cultura. ¿Qué es la religión? Sin desviarnos demasiado de nuestro contexto introductorio ofrezco algunas de las (muchas) definiciones (que considero) más relevantes:[12]

1.       “La religión es concebida como aquello de máximo interés [última relevancia] que da sustancia a la cultura. Y la cultura es la totalidad de las formas en las que el interés básico de una religión se expresa. En resumen, la religión es la sustancia de la cultura, y la cultura es la forma de la religión.”[13]

2.       “La religión, sea lo que fuere, es la reacción total del hombre hacia la vida, ¿así que por qué no decir que cualquier reacción total hacia la vida es la religión?”[14]

3.       “[La religión es] una institución de interacciones culturalmente modeladas con seres sobrehumanos culturalmente postulados.”[15]

4.       “Una religión es un sistema de símbolos, mitos, doctrinas, ética, y rituales para la expresión de lo que es de última [máxima] relevancia.”[16]

5.       “La religión es un sistema de creencias y prácticas por medio del cual un grupo de personas luchan con el problema fundamental de la vida humana.”[17]

6.       “La religión es el precio que pagamos por ser inteligentes, pero todavía no lo suficientemente inteligentes.”[18]

7.       “La religión por lo general tiene que ver con la relación del hombre con el mundo invisible, el mundo de los espíritus, demonios y dioses. Un segundo elemento común a todas las religiones es el término salvación. Todas las religiones tratan de ayudar al hombre a encontrar sentido en un universo que demasiado a menudo parece ser hostil a sus intereses. La salvación del mundo significa, básicamente, la salud. Esto significa que uno se salva del desastre, del miedo, del hambre y de una vida sin sentido. Esto significa que uno está salvo para la esperanza, el amor, la seguridad y el cumplimiento del propósito.”[19]

8.       “La religión es (1) un sistema de símbolos que actúa para (2) establecer estados de ánimo y motivaciones poderosas, persuasivas, y de larga duración en [la gente] mediante (3) la formulación de concepciones del orden general de la existencia y (4) envolviendo estas concepciones en tal aura de facticidad que los estados de ánimo y las motivaciones parezcan singularmente realísticas.”[20]

9.       “Dondequiera que la gente viva, dondequiera que viva, se encuentran enfrentados con tres problemas ineludibles: cómo ganar la alimentación, cómo resguardarse de su entorno natural (el problema que la naturaleza supone), cómo llevarse bien los unos con los otros (el problema social), y cómo se relacionan con el esquema total de las cosas (el problema religioso). Si este tercer tema parece menos importante que los otros dos, debemos recordar que los artefactos religiosos son los más antiguos que los arqueólogos han descubierto.”[21]


En base a esas definiciones reto a cualquier lector a que trate de desentrañar el concepto de cultura del de la religión, teniendo en cuenta que jamás ha habido una cultura humana sin manifestar algo que un experto reconocería como una religión. Ahorraros la molestia: no se puede. La religión es un aspecto intrínseco de la cultura humana.

La religión dominante en el mundo en el hispano, corrientes sociales recientes no obstante, ha sido sin lugar a dudas la religión Católica. Teniendo en cuenta las influencias culturalmente homogeneizadoras de un idioma común y sobre todo de una religión compartida, y las influencias culturales que esos dos factores establecen, afirman, y refuerzan continuamente, no podemos sino racionalmente aceptar que los hispanos, la comunidad descrita anteriormente, forman una macro-entidad cultural. Basado en las teorías y definiciones provenientes y vigentes en las ciencias sociales, sin entrar en mayor detalle, justifico el uso y la definición del término “hispanista”, “hispano” e “hispanoamericano” y sus aplicaciones al estudio de las culturas hispánicas.  


Declaración de Propósito del “Boletín de Análisis Hispanista”

 Pero hay otra manera en la cual el pueblo hispano está vinculado, y ese vínculo se manifiesta de acuerdo al antiguo adagio de “hombres aprisionados por las mismas cadenas forman un solo pueblo” – todos las culturas hispanas, están aprisionadas por las mismas cadenas de una corrupción, a todos los niveles, una corrupción que nos empapa, nos recubre, nos impregna y nos asfixia y ahoga. La naturaleza de esta corrupción es tan ubicua y sus raíces enajenadores son tan profundos y deshumanizadores que nos encontramos impotentes incluso al reconocimiento de la totalidad de sus causas y efectos. El latino es tan ignorante de los efectos de su cultura corrupta, desconocemos de tal grado nuestra propia corrupción, como un pez desconoce su condición de mojado. 

El mar de corrupción en el que nos bañamos y nadamos, el gas de corrupción que respiramos y emitimos, la corrupción que ingerimos y excretamos son causa y consecuencia de una prisión invisible, auto-sustentable y ubicua, que emana de lo más íntimo de nuestro inconsciente.  Se trata de esclavización o colonización mental que reside precisamente en esos mismos patrones de pensamiento, de emoción, y de conducta que constituyen nuestra cultura hispana. Hemos sido desde el inicio, y seguimos siendo una cultura – toda la hispana y de forma más evidente la iberoamericana – pre-programada, diseñada para la colonización, para la explotación mental, cognitiva, emocional, y espiritual. Estos patrones, esta “mentalidad colonizada” se auto-sustentada automáticamente mediante la transmisión de perspectivas y esquemas CULTURALES establecidos en nosotros a modo de grilletes impalpables pero indestructibles, de muros invisibles pero insuperables, de barrotes intangibles pero infranqueables. 

No estamos solos en las Américas en esta categoría de culturas auto-esclavizadoras – de hecho todas las minorías étnicas “de color” las compartimos. El amerindio y el afroamericano son y han sido igualmente víctimas de esta corrupción, y sus culturas muestras semejantes patrones e índices auto-derrotistas que los del mundo hispano. Pero rápidamente podemos establecer las semejanzas que compartimos el pueblo hispano de Iberoamérica con el amerindio y el afroamericano de los EE.UU.: todos somos víctimas de lo que se conoce como “síndrome de estrés postraumático” – una extensión cultural al concepto del “estrés postraumático” y un término que definiremos en artículos futuros pero que, entre otros efectos negativos, está asociado con una crisis de identidad, y todos los complejos psicológicos e inseguridades relacionados con esta.

Tomemos a México como ejemplo conveniente. La corrupción de México, de la cultura mexicana comienza con el erróneo concepto que el mexicano tiene de su propio origen en un mito Azteca. La realidad es que la entidad geopolítica que se conoce como México no tiene sus orígenes en los aztecas, sino 100% en la colonización española y el establecimiento de lo que originalmente se conoció como “Nueva España”. El espacio geopolítico del México actual abarca muchísimo más que el área controlada por el antiguo imperio azteca, e incluye los territorios anteriormente pertenecientes a docenas de etnias indígenas – muchas enemigas y víctimas de los aztecas. De hecho los aztecas forman, racial, cultural, y geográficamente una parte minúscula del territorio de “Nueva España”. El mexicano típico vive, en su ignorancia, permanentemente alienado de la realidad histórica de la que surge su identidad nacional. La lengua castellana y la religión católica – ambas componentes impuestas por la colonización española – vienen a ser la base de la identidad cultural mexicana – no sus orígenes ficticios en un águila posada en la hoja de un nopal. Ahí comienza y continúa una buena parte de su alienación, una alienación de sí mismo, en sí mismo y por sí mismo. Una alienación basada en la corrupción de su identidad histórica.

Pero la corrupción del mexicano, al que tomamos como modelo solamente, no comienza ni termina en la corrupción de su sentido de la identidad. Hay que tener en cuenta el motivo por el cual fue colonizado. Iberoamérica entera fue colonizada con el propósito de la explotación de sus recursos naturales y humanos. Y los designios de esta colonización se extendieron, y se extienden a el establecimiento de unos patrones culturales – sobre todo arraigados en la religión católica – que le rindieran fácil de dominar por fuerzas superiores (militares, económicas, o religiosas) y a la vez prácticamente imposible de organizar entre sí para formar una resistencia a esas mismas fuerzas. La naturaleza de los patrones culturales es que son autosustentables no importa las limitaciones sociales y económicas que imponen a sus miembros. De ahí el adagio “es más fácil sacar al muchacho del barrio que al barrio del muchacho”. Patrones culturales, a modo de un herpes social, persisten de generación en generación.

Desaparecida la presencia de la corona española quedaron implantados los patrones auto-saboteadores. La cultura iberoamericana permanece fácilmente explotable por agentes externos corruptores, a la vez que le resulta casi imposible superar tendencias tercermundistas debido a la corrupción inherente en la cultura y de la cultura misma.

Entre miembros de una comunidad, cualquier comunidad, es típicamente mucho más fácil llegar a un acuerdo sobre las características de los problemas que sobre sus causas, y mucho más difícil aún con respecto a las soluciones. La perspectiva presente respecto al problema de la corrupción de la cultura hispana es que es una manifestación de una corrupción inherente a la cultura y por lo tanto es un fenómeno arraigado en muchos patrones similarmente culturales. Una crítica tan fuerte, tan tajante, tan radical de una cultura, de cualquier cultura, inevitablemente suscitará fuertes emociones defensivas que se extienden desde el rechazo completo del argumento a la conducta ofensiva. De ahí que los fundamentos, las evidencias en las que baso mis críticas y argumentos tienen que ser de lo más contundentes posible: es ahí donde entra el análisis estadístico y el argumento racional partiendo del mismo.

Como científico social y humanista (erudito en el campo de las humanidades)  estoy acostumbrado al uso del análisis estadístico para fundamentar mis argumentos. Son un punto de partida excelente para establecer un debate sobre cualquier teoría o tema. Pero igualmente soy muy consciente de la falta de entendimiento del público en general, sobre todo del hispano con sus deficientes sistemas educativos, en cuanto al uso y significado de los modelos estadísticos  - y el ser humano siempre teme lo que no entiende. Por lo tanto parte del propósito de este Boletín de Análisis Humanista será ayuda a establecer en el lector una base de entendimiento sobre las técnicas empleadas de la forma más clara posible.

El propósito, por lo tanto, del presente boletín, es emplear la información disponible  de numerosas fuentes a la computación de estadísticas pertinentes como punto de partida para el desarrollo de argumentos sustanciados en las mismas, y en fin de esclarecer tanto el grado y la naturaleza de la corrupción prevaleciente en la cultura hispana, identificar sus causas,  y formular un plan de tratamiento para la misma.

Shodai Overton-Guerra
SEMPER ERUDITIO

He Dicho. Así Es. Y Así Será.



[1] Las Enseñanzas del Sennin: Introducción al Camino de la Sabiduría”, Vol. I, 2012., páginas 2-4., por Shodai Sennin J. A. Overton-Guerra
[3] Banks, J.A., Banks, & McGee, C. A. (1989). “Multicultural education.” Needham Heights, MA: Allyn & Bacon.
[4] Damen, L. (1987). “Culture Learning: The Fifth Dimension on the Language Classroom”, p. 367. Reading, MA: Addison-Wesley.
[5] Hofstede, G. (1984). “National cultures and corporate cultures”, en L.A. Samovar & R.E. Porter (Eds.), “Communication Between Cultures”, p. 51. Belmont, CA: Wadsworth.
[6] Kluckhohn, C., & Kelly, W.H. (1945). “The concept of culture”, en R. Linton (Ed.), “The Science of Man in the World Culture”, pp. 78-105. New York.
[7] Kroeber, A.L., & Kluckhohn, C. (1952). “Culture: A critical review of concepts and definitions.” Harvard University Peabody Museum of American Archeology and Ethnology Papers 47.
[8] Lederach, J.P. (1995). “Preparing for peace: Conflict transformation across cultures”, p. 9. Syracuse, NY: Syracuse University Press.
[9] Linton, R. (1945). “The Cultural Background of Personality”, p. 32. New York.
[10] Parson, T. (1949). “Essays in Sociological Theory”, p. 8. Glencoe, IL.
[11] Useem, J., & Useem, R. (1963). “Human Organizations”, 22(3), p. 169.
[12] Las Enseñanzas del Sennin: Introducción al Camino de la Sabiduría”, Vol. I, 2012., páginas 14-16., por Shodai Sennin J. A. Overton-Guerra.
[14] William James, “The Varieties of Religious Experience”, (“Las variedades de la experiencia religiosa”, A PENN STATE ELECTRONIC CLASSICS SERIES PUBLICATION, p. 41. http://selfdefinition.org/christian/William%20James%20-%20Varieties%20of%20Religious%20Experience.pdf
[15] Spiro, Melford E., 1971, "Religion: Problems of Definition and Explanation," en Anthropological Approaches to the Study of Religion, M. Banton, ed., London, England: Tavistock Publications, pp. 85-126, encontrado en http://www.soc.hawaii.edu/sponsel/Religion/Definition.html
[16] “Ways to the Center”, p. 1, Carmody, Denise y Brink, T.L., sexta edición, Thompson Advantage Books, 2006.

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