LA BITÁCORA DE SHODAI: El TAO DEL SENNIN DE MAMBA-RYU Volumen 4 “Los Dragones Guardianes”

Los dragones guardianes de nuestra sociedad

“Es durante las grandes crisis cuando los hombres demuestran su verdadero metal. Muchos, demasiados, ante las primeras amenazas de tormenta se desentienden del mundo y se escabullen como viles alimañas a la oscuridad de sus madrigueras y escondrijos. Otros, los legionarios del cambio, esperan atentos al llamado de generales y profetas que los guíen e inspiren en la misión redentora. Y aún otros, enfrentados con la tempestad que amenaza nuestra destrucción, impulsados por el fuego de una gran pasión por la rectitud y el amor al prójimo, extienden sus alas contra el vendaval y se comprometen, hasta con su último aliento, a nuestra protección. Éstos han sido, y siempre serán, los dragones guardianes de nuestra sociedad.”



Shodai J. Alejandro Overton-Guerra

viernes, 21 de septiembre de 2012

ANOTACIONES PARA EL 21 DE SEPTIEMBRE, 2012


ANOTACIONES PARA EL 21 DE SEPTIEMBRE, 2012

4. En los deportes hay entrenadores para todos los niveles. Hay entrenadores para clubes recreativos donde los individuos van para buscar instrucción para mejorar sus capacidades en un deporte que para ellos viene a ser un entretenimiento pasajero, algo con lo cual ocupan su ocio. En la cima de esa escala están los entrenadores profesionales para atletas de calibre internacional – amateur o profesional, da lo mismo a ese nivel. Su dedicación es total al igual que la del deportista; su meta, dentro de las limitaciones genéticas de su atleta, es forjar el mejor competidor posible en mente, cuerpo y espíritu. Si eso requiere aplastar el ego del deportista y reconstruirlo desde cero, eso es precisamente lo que se hace: el fin determina los medios. ¿Por qué lo sé? Porque he entrenado con, competido contra, y formado a competidores élite en varias modalidades de deportes combativos – taekwondo, judo, karate, kick-boxing, boxeo amateur, lucha olímpica, etc. Conozco – - lo que se requiere para ser lo mejor de lo mejor a nivel internacional, y lo desde varios puntos de vista – para algo gané tres años consecutivos el titulo de “Best Coach” de judo en el Canadá, y asimismo fui ingresado al Salón de la Fama de las Artes Marciales de los EE.UU. en calidad de “Maestro-Fundador” por MAMBA.

Para la formación de MAMBA: Mastering the Art of Mind-Body in Action, no solamente me basé en un modelo de superación física, atlética, sino mental, intelectual, psicológica, emocional y espiritual. Para su creación y desarrollo tuve que estudiar varias carreras universitarias y certificaciones profesionales como la de hipnoterapeuta, profesor de religiones del mundo, psicología de la religión, neurociencias cognitivas (estudios de como el cerebro genera la mente), de historia, psicología clínica y de la salud, terapia familiar, literatura, política, economía, relaciones internacionales, cultura y civilización mundial, filosofía, etc., etc., cultivando cada una de esas disciplinas hasta un alto nivel académico, creando incluso mis propios programas universitarios, como los de psicología de la imaginación y psicología de las religiones del mundo. El objetivo con MAMBA ya no se trataba simplemente de una superación física, sino de superación integral y completa: mente, cuerpo y espíritu  – lo que en MAMBA entendemos por “mente y cuerpo en acción”.  

Pero los principios para la superación en cualquier disciplina son los mismos y cuando uno quiere ser lo mejor de lo mejor solamente puede haber un principio que rija en su existencia: el principio de la superación constante. Para lograrlo primero hay que tener un objetivo, una meta, un ideal.  Después hay que tener un sentido objetivo de la posición presente: cuales son mis fuerzas y cuales son mis debilidades.

                El éxito para un atleta a nivel internacional es mucho menos cuestión de genética de lo que se piensa, y mucho más mental, psicológico, de lo que se cree. Esto lo confirmaría cualquier profesional que haya tenido el privilegio de operar a ese nivel. Solamente los atletas interesados, comprometidos a someterse a los rigores de una programación psicológica son capaces de someterse a la crítica necesaria para su superación. Esa crítica tiene que ser completa y comprensiva en su alcance y profunda en su enfoque, y tiene que  abarcar tanto su técnica, su estilo de vida, su dieta, sus patrones de pensamiento, sus esquemas conductuales, incluso la naturaleza de sus relaciones íntimas. Eso es lo que se precisa para llegar a volar a esas alturas. El sacrificio tiene que ser completo, la entrega tiene que ser total y esa “totalidad” comienza con una honestidad brutal en cuanto a sus defectos y virtudes teniendo en cuenta la realidad de lo siguiente: la cadena es tan fuerte como el eslabón más débil, o sea, perdemos mucho más gracias a nuestros defectos de lo que conseguimos vencer gracias a nuestras virtudes. Hay que conocer, reconocer, y superar nuestros defectos si vamos a ser exitosos tanto en la cancha, en el ring, como en la vida.

                La cultura hispana tiene muchas virtudes, pero lo que es evidente es que esas virtudes no han sido suficientes para sonsacarnos del hoyo en el que vivimos a diario: la corrupción cultural; la impunidad legislativa; la inseguridad familiar, social, política; etc. A muchos no les gusta que le señalen sus defectos – ni a nivel personal ni a nivel sociocultural. Entre sus más grandes defectos el hispano, universalmente, puede contar con los siguientes: 1) detesta reconocer y aun más admitir sus defectos; 2) detesta reconocer y admitir que para superarse hace falta someterse a la disciplina edificante, formadora de un superior; y 3) detesta reconocer, mucho menos someterse al orden jerárquico necesario e imprescindible para ser formado. “El espíritu es aquel metal forjado entre el martillo de la voluntad, el yunque del tiempo, y el fuego de la adversidad.” Y la mano que sostiene el martillo pertenece a la voluntad del Maestro a quien el discípulo se ha sometido y se ha comprometido para la formación de su espíritu.

El gran problema del hispano es que en esa soberbia que nace de su complejo de inferioridad, de su indefensión aprendida, de su antipatía por la competitividad, de su síndrome de estrés-postraumático – todos propios de una mentalidad colonizada – detesta someterse a los rigores de una disciplina formativa que le forjarán para que alcance a supere su condición mental y sociocultural y llegue a ser un Hombre libre. El hispano, voluntariamente cegado y en gran parte a su vez inconsciente de su estado actual y real de sometido; de colonizado y esclavo a sus defectos, pasiones, impulsos, berrinches y auto-consentimientos, prefiere continuar en su presente condición a someterse a los rigores de una disciplina que a la larga le liberará – sobre todo de si mismo.

Algunos individuos, presentados con la posibilidad de una formación, superan este implacable defecto cultural, o al menos lo reconocen y batallan a diario contra él. Estos individuos son los verdaderos legionarios del cambio dispuestos al llamado de sus generales y profetas y comprometidos a la misión redentora. Los demás, esa masa de negativistas desafiantes, soberbios, ignorantes y apáticos, son y seguirán siendo las viles alimañas que ante la gran crisis del vendaval que inevitablemente se avecina, se escabullirán a la oscuridad de sus madrigueras y escondrijos, es decir, donde residen – acompañados de su soberbia, ignorancia, y apatía – regularmente.

Con los resultados de los análisis estadísticos realizados por el Boletín de Análisis Hispanista y el Proyecto Dédalo, vamos a llevar al hispano a reconocer, quiéralo o no, cual es la naturaleza y la profundidad de ese hoyo en el que se encuentra y que, en su ignominia, llega a justificar como su “cultura”.

He Dicho. Así Es. Y Así Será. 

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