ANOTACIONES
PARA EL 1 DE JUNIO, 2013
2013 – 1. Sobre “La Era del Sennin”.
Me di cuenta, progresivamente, tras
el fenómeno de mi Gran Entendimiento, que el ser humano en realidad nada sabe
de lo que significa SER humano, y que ninguna disciplina – cultural, religiosa
o académica – imparte tal conocimiento. Las reglas sociales, las normas
culturales, el concepto de la moralidad, de las relaciones, de la familia, de
la economía, ¡no digamos los dogmas religiosos!, etc., todas responden a
creencias absurdas basadas en principios irracionales. El ser humano cree, desde lo más hondo de su irracionalidad, y piensa, desde las grandes alturas de su inteligencia (con frecuencia sin inteligencia discernible), que siguiendo las normas de su cultura o
los convenios de sus creencias religiosas, espirituales, trascendentales, que
responde a unas pautas de patrones de pensamiento, de emoción, y de conducta
concordantes con su esencia como Homo Sapiens Sapiens – nada podría ser más
lejos de la verdad. De ser así no
seríamos, plenamente y sin cuestión, los seres más desajustados y desencajados,
más alienados y enajenados, más destructivos y autodestructivos, más
desdichados y miserables, menos humanos – en el sentido ideal de ese término –
del planeta. El concepto del mal mismo
nace con nosotros y reside solamente con nosotros; omnipotentes en nuestra
capacidad destructiva por una parte, y totalmente subordinados a nuestros
apegos, antojos, pasiones, miedos, supersticiones por otra, amenazamos nosotros
mismos lograr nuestro propio exterminio como especie – no sin antes, como
buenos maniáticos perniciosos que somos, llevarnos a buena parte del planeta
con nosotros.
¿En
qué consiste MAMBA? ¿A qué impulso responde? ¿Cuál es su último objetivo? El
objetivo de MAMBA es el último reto para nuestra especie, el desafío digno de
la máxima heroicidad imaginable: aprender a ser humanos, atrevernos a dejar a
un lado todas nuestras creencias, todos nuestras costumbres, todos nuestros
convenios, dogmas, doctrinas, hábitos, ideologías, principios morales, valores
éticos, consideraciones estéticas, etc., etc., en suma TODO lo que la cultura y
la religión en particular impone y designa, y atrevernos a partir desde cero,
con una sola pregunta por delante como mapa, brújula y norte: ¿Qué significa
ser humano? Y en base a esos nuevos descubrimientos forjar nuevas identidades
tanto para el individuo como para las instituciones responsables para su
formación; nuevos convenios sociales y familiares; nuevos sistemas políticos y económicos;
nuevas culturas sin dioses, sin fantasías de ultratumba, sin ilusiones trascendentales. Para ser
Hombres y Mujeres no nos queda más remedio que desprogramarlos de los
insidiosos patrones, engendrados desde la cueva de nuestros remotos antepasados
y fomentados, en innumerables variantes y versiones, en todas las culturas del
mundo, que nos someten a las más deshumanizadoras de las existencias posibles:
la de ser siervos de nuestros miedos, esclavos de nuestros apegos, vasallos de
nuestras fes, y súbditos de nuestros impulsos. El universo de nuestras
infinitas posibilidades está, y ha estado, totalmente determinado por nuestro
miedo fundamental a reconocer nuestra inherente superioridad a los mismos seres
frutos de nuestra imaginación, productos de nuestras inseguridades, criaturas
de nuestros temores. Es hora de que aprendamos a ser seres humanos y de que
pongamos tanto énfasis en esa empresa como la ponemos en descubrir los secretos
del átomo o las maravillas del espacio sideral. Este es el tema central de todas
mis obras, y de manera quizás más directa e inmediata de mi obra en progreso, “La Era del Sennin”.
He Dicho. Así Es. Y Así Será.
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